Pues sí, me ha costado lo mio. Llevo unos días intentando asumir que no estoy en la playa y que todas las mañanas suena el despertador para decirme que de dormir nada, que toca levantarse. Por ello, he estado más ausente del blog con la ilusión de retrasar lo inevitable; eso, o hacía un agujero en la arena para negarme a regresar.
Aún así, a mi vuelta, he comprobado que todo sigue igual. He estado pensando en ciertas imágenes que salen por las telediarios, en las lágrimas que recorren las caras de la gente, en un sufrimiento exacerbado por el fallecimiento de una persona, que no sé muy bien qué conclusión tomar.

Y parece ser que en este país se vive mucho más que un joven futbolista, descanse en paz, haya fallecido en tan trágicas circunstancias, que otros aspectos de la sociedad ibérica. Siento mucho que una persona de tan sólo 22 años haya abandonado este mundo, pero nuestro comportamiento se asemeja más a un país de folclore, verbena y devociones injustificadas que a uno con un poco de sentido común.
Aún así, a mi vuelta, he comprobado que todo sigue igual. He estado pensando en ciertas imágenes que salen por las telediarios, en las lágrimas que recorren las caras de la gente, en un sufrimiento exacerbado por el fallecimiento de una persona, que no sé muy bien qué conclusión tomar.
Y parece ser que en este país se vive mucho más que un joven futbolista, descanse en paz, haya fallecido en tan trágicas circunstancias, que otros aspectos de la sociedad ibérica. Siento mucho que una persona de tan sólo 22 años haya abandonado este mundo, pero nuestro comportamiento se asemeja más a un país de folclore, verbena y devociones injustificadas que a uno con un poco de sentido común.
Un placer estar de nuevo en casa, un abrazo a todos los amigos de las baldosas amarillas.