lunes, 14 de mayo de 2007

Silencio

Entro antes de tiempo en mi sitio de comer, y me voy a la esquina más alejada de toda fuente de ruido. Todavía no ha llegado nadie, aún puedo disfrutar de una pequeña tranquilidad, pero no por mucho tiempo.

Poco a poco, grupo tras grupo, comienzan a entrar en la cantina. Primero son tres o cuatro hombres que, hablando a grito pelado, discuten sobre si el Barcelona es una patata por perder contra el Getafe o si el Madrid ganará la liga; después, llegan las féminas con una conversación que trata y analiza la problemática de Isabel Pantoja en la cárcel; debaten sobre si es una pobrecita o se merece ir al talego, todo esto con tonos altos y agudos como tónica habitual.

http://cine.eol.us/~izan/Erroramas/A/Abrelosojos/granvia.jpg

Se van sucediendo gente diversa, con distintos temas, pero con sólo dos cosas en común: hablan sobre temas triviales y lo hacen a gritos. No sé si los españoles somos conscientes alguna vez que para llevar a cabo una conversación no hace falta elevar la voz no sé cuantos más decibelios de la frecuencia conversacional, que no hay que dejarse las cuerdas vocales en ello.

Y así, desde mi rincón, sólo pienso qué feliz se debía estar en la escena de Abre los Ojos, con la Gran Vía vacía, y en una buena dosis de ibuprofeno. El silencio, algo que todos deberíamos disfrutar de vez en cuando, se vende muy caro en algunos momentos de nuestro día a día cotidiano.

21 comentarios:

Anónimo dijo...

Gran tema, Chesk. Prometo darle mi voto en las próximas municipales a quien incluya el fomento del silencio como patrimonio público en su programa.

Anónimo dijo...

Luego esta la necesidad que tienen algunos de llenar los silencios con gilipolleces, parece que le tienen miedo. Con lo bonitos que son :)

Anónimo dijo...

No, los españoles no somos los únicos, creo que lo somos todos, latinos, sajones... salvo los japoneses, que son tan así, tan japoneses, ¡y qué envidia dan con sus modales y su discrección!

Anónimo dijo...

Tengo el oído de un perro, entenderás que me pase horas debajo de la cama.

La tele la veo de uvas a peras, pero cuando se me ocurre, he aprendido a leer los labios...¿nos extraña que el de a pie se sienta guay por imitar a los que deberían dar mejor ejemplo?

Anónimo dijo...

Tengo el oído de un perro

:) ¿Oyes entonces el silbido de alta frecuencia del tubo de rayos catódicos? Debe estar en la zona de los 16 a 17KHz, y en teoría, casi todos los adultos perdemos la facultad de percibirlo (sin embargo, todavía lo distingo).

Anónimo dijo...

¿Eso de lo que hablas no se llamaba fujitsu? :)

Anónimo dijo...

.

Anónimo dijo...

Si quieres silencio Chesk vente un fin de semana al pueblo de Cáceres en el que estuve yo el sábado pasado, cuatrocientos y pico supuestos habitantes de los que yo solo vi a quince o veinte en todo el día, calles vacías, bares vacíos, carreteras sin trafico, campos sin fin, columpios sin niños, una iglesia cerrada y sin cura,el silencio absoluto roto solo por el mugido de alguna vaca lejana, se llama Hinojal y esta a 34 Km. al norte de la capital,no tiene perdida.

Anónimo dijo...

¿y qué me dices de esa gente que habla por el móvil en todas partes sin importarles que los demás escuchemos sus conversaciones sin que queramos hacerlo?

Anónimo dijo...

Tienes razón no hay nada más preciado que un rato de silencio. Pero debe ser que somos pocos los españoles a los que nos gusta. No se comprende el griterío que se arma en cafeterías y demás. Creo que eso es lo mejor de internet poder hablar sin voces.

Anónimo dijo...

¿Eso de lo que hablas no se llamaba fujitsu?

Fujitsu = Silencio
Fujitsu-Siemens = ¡Silencio, coño!

Anónimo dijo...

Fundamental tener ratos de silencio al dia ..yo los busco ...recargo pilas ...me aislo y vuelvo a salir

Anónimo dijo...

Hace cuatro años, estando de viaje con unos amigos por Francia, llegamos a cenar tarde a un restaurante de un pueblecito de aire medieval en el Valle del Loira. El dueño nos preguntó si éramos españoles nada más acercarnos, y le respondimos que sí maravillados de sus dotes adivinatorias: "ustedes siempre cenan tarde", nos dijo.

Durante toda la cena (era una terraza, en pleno mes de agosto), mis amigos y yo hablamos como de costumbre. La gente nos miraba con mala cara. Entonces nos dimos cuenta del elevado tono de voz que tenemos los españoles. La terraza estaba muy silenciosa... (y eso que éramos gallegos, anda que se llegamos a ser andaluces...) ;-)

Anónimo dijo...

Pues en Espana el silencio administrativo tengo entendido que funciona de maravilla.

Anónimo dijo...

... y el de los borregos (perdón, corderos), no veas.

Anónimo dijo...

De todos modos, hay un dato médico que importa en este tema: al parecer, tenemos una tasa altísima de problemas auditivos relacionados con la calcificación (como lo de Grissom en CSI Las Vegas). No es algo sobrevenido por la costumbre de hablar a gritos, porque la causa es genética. En mi familia, por suerte, no hay casos, pero conozco un buen puñado de personas que padece esta enfermedad, que se manifiesta a partir de cierta edad (pero también conozco a una chica de veintipocos que ya presenta los síntomas).

Anónimo dijo...

Habrá que enseñar a callar...

¡EMPECEMOS POR ZAPATERO!

Anónimo dijo...

Hay mucha gente que no puede vivir sin su ración diaria de dimes y diretes. Luego llegan a casa y necesitan el ruido de fondo de la tele. Yo a veces apago la tele sólo para sentir la paz del silencio que sucede a su ruido.

Generalmente los que elevan mucho la voz lo hacen porque quieren ser escuchados por más gente que sus interlocutores. Suelen creer que lo que están diciendo es interesantísimo.

Anónimo dijo...

Lo traigo en inglés porque, además de ser el idioma original, es el que mejor ritmo le imparte:

And mine eyes fell upon the countenance of th man, and his countenance was wan with terror. And, hurriedly, he raised his head from his hand, and stood forth upon the rock and listened. But there was no voice throughout the vast illimitable desert, and the characters upon the rock were SILENCE. And the man shuddered, and turned his face away, and fled afar off, in haste, so that I beheld him no more.

Es de Silence: a fable, de Poe. La repetición de los "and's" al principio de cada oración sirve para marcar el ritmo: no es estrictamente prosa, sino prosa poética. Además, le otorga cierto aroma arcaico, como imitando la versión King James de la Biblia. Sin embargo, el espíritu de lo que narra es muy diferente, casi se diría una novedad para su momento. Y el efecto que logra sólo puede parangonarse al del momento climático del Antiguo Testamento: la desaparición de Dios, la última vez que se manifiesta ante un humano (1 Reyes, cap. 19; no es el último "milagro personal", en cambio).

"Silence" termina así:

And as the Demon made an end of his story, he fell back within the cavity of the tomb and laughed. And I could not laugh with the Demon, and he cursed me because I could not laugh. And the lynx which dwelleth forever in the tomb, came out therefrom, and lay down at the feet of the Demon, ad looked him steadily in the face.

Obsérvese que, a pesar de la fuerza y la extrañeza del párrafo, no es más que un distorsión demoníaca de una escena doméstica.

Termino con T.S. Elliot y su imagen de la última aniquilación:

A heap of broken images, where the sun beats,
And the dead tree gives no shelter, the cricket no relief,
And the dry stone no sound of water. Only
There is shadow under this red rock,
(Come in under the shadow of this red rock),
And I will show you something different from either
Your shadow at morning striding behind you
Or your shadow at evening rising to meet you;
I will show you fear in a handful of dust.

Anónimo dijo...

Sin quererlo he hecho el silencio en mí durante unos días...no ha sido a propósito por lo que ya me es imposible contestaros uno a uno como hago siempre. :(

Y durante estos días me he dado cuenta de hasta qué punto se puede agradecer un rato de silencio; sin gritos, ni cláxones sonando, el ruido de los tubos de escape y demás.

Marce...te veo haciéndome hueco en la España profunda :)

Un abrazo a todos y gracias por vuestros comentarios.

Anónimo dijo...

Chesk yo te hago un hueco donde tú quieras, faltaría mas.