jueves, 5 de octubre de 2006

Carbon Black

Creo que ninguno de las personas que se adentran en el camino de baldosas amarillas cumple las siguientes características pero, por preguntar que no quede. Las cuestiones son:
  • ¿Es usted un multillonario con mucho tiempo libre?
  • ¿Tiene en su haber un automóvil cuyo valor es superior a los cuatrocientos mil euros?
  • ¿Carece usted de todo sentido de responsabilidad y no le importa poner en peligro la vida de los demás por su beneficio propio?
Si responde afirmativamente a estas tres simples preguntas, lo mejor que puede hacer es apagar el ordenador e inscribirse en la Carbon Black. Es su lugar adecuado:
Gente muy rica, aburrida de la vida, y en busca de sensaciones nuevas, recorre nuestras autopistas a velocidades medias de trescientos kilómetros por hora e incumpliendo todas las normas más básicas de la DGT. Luego, cuando son detenidos, pagan en mano la multa correspondiente, y continuan su ruta hasta llegar a su hotel de lujo y divertirse en su fiesta privada.



Si me cruzo con algunos de estos amantes de la velocidad por mi autovía A-no sé cuántos, intentaré rezar lo primero que se me ocurra para que no me lleven por delante y - si acaso lo cuento - daré gracias por tener todavía otras ilusiones en mi vida que las que muestran estas personas forradas de dinero. Por ahora, y en muchos años más, me conformo con otros subidones de adrenalina. ¡Qué remedio me queda!

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