Por una extraña razón que desconocemos, los grupos antisistemas, las asociaciones anti-algo, y todo aquello que a simple vista parezca que tiene un pequeño aroma de rebeldía, es tomado por la sociedad como algo no dañino y tolerable para nosotros. Conocerán los que apoyan el movimiento okupa, los políticos que anulan cumbres europeas por miedo a que éstos pongan patas arriba Barcelona, e incluso esos jóvenes homosexuales que llevan camisetas del Ché, cuando no sé si saben que éste no trataba muy bien a los gay. O simplemente, no los trataba.
Algo parecido pasa con los grupos ecologistas, o ultraecologistas. Este fin de semana, un grupo denominado frente de liberación animal, ha liberado quince mil visones americanos de tres granjas de cría en Galicía. El resultado es el siguiente:
La liberación de estos mamíferos, sólo va a provocar un grave deterioro del medio ambiente de la zona. Seis mil depredadores no autóctonos campan a sus anchas por los bosques gallegos, matando animales que no están adaptados a su presencia, y muriendo en las cunetas de nuestras carreteras atropellados por los coches. Años de trabajo, una investigación mandada a tomar viento, e impacto medioambiental, únicamente porque un par de ecoanalfaburros iluminados creen que han hecho la obra del fin de semana al liberar a esos animales de sus cárceles humanas.
Y lo peor no es eso; lo malo de todo, es que cuando muchas personas vayan a comprar la crema para la cara, o el crecepelo mágico, seguirán ignorando que éstos se ha realizado con experimentación con animales, mientras afirman en reuniones coloquiales que tener a esos bichos en las granjas es una crueldad. Parece ser que en esta sociedad, nos hemos olvidado que hay un proceso anterior a encontrarnos todos los productos en el supermecado y pagarlos luego con nuestra flamante tarjeta de crédito.
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