martes, 17 de octubre de 2006

Manicomios: puertas cerradas.

Aunque está pasando muy desapercibido para el ciudadano de a pie, se está llevando en España una reforma en el sistema sanitario psiquiátrico que conllevará el cierre y clausura de los coloquialmente conocidos como "manicomios", para la posterior integración de los enfermos mentales en la sociedad.

La idea, que ha partido de profesionales de este campo, se puede sintetizar en los siguientes puntos:
  • Creación de centros de día y de atención primaria.
  • Internamiento de éstos en hospitales de toda la vida. Nuevas secciones especialmente dedicadas a ellos.
  • Subvenciones – qué raro – para los familiares de los enfermos para que los puedan atender sin tantas preocupaciones económicas.
  • Tratamiento farmacológico adecuado.
No sé hasta qué punto es conveniente que personas con unos problemas muy específicos no sean tratados en centros especializados en psiquiatría como se venía haciendo hasta el día de hoy; ni tampoco, si es apropiado que una familia asuma todo el peso del cuidado de un enfermo sin que tenga la ayuda correspondiente para ello.

Desconozco también si es posible seguir pensando en dulces sueños de integración y reinserción social después del éxito que suelen tener esas políticas en nuestra sociedad; pero lo que sí sé a ciencia cierta, es que esa cantidad de medidas antes enunciadas se van a quedar en saca roto por falta de medios e ineficacia de la administración y, aunque estos centros cierren, sólo se va a desplazar un problema de un lugar a otro.

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Mientras, seguiremos gastando recursos sacados de nuestros bolsillos para rehacer y deshacer el mismo problema durante los próximos años. Al fin y al cabo, es lo apasionante de la política: llegar al cargo para modificar totalmente lo que ha hecho tu antecesor.

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