viernes, 7 de abril de 2006

Cuidado con las caravanas...y con Rubalcaba.

Los hay con suerte y luego están los pringuis. Éstos son los que cada vez que hay un puente, fiesta o cualquier temporada vacacional, no tienen la potestad de irse a la playa, al campo, a la sierra o a tocarse las narices alejados de las grandes ciudades, o la rutina de tu núcleo urbano habitual. A parte de esto, tampoco tienen la potra de que en un día como hoy, abstenerse de enterarse que el portavoz de los GAL, la persona que indujo a la gente a ir a la sede del PP el día 13 de marzo, alguien que sus propios compañeros le dicen cariñosamente que cuando te das la vuelta te la clava, ha llegado a ser ministro de interior. Vamos, el responsable de tratar con los etarras.

Las personas con suerte, están abducidos en la operación de semana santa, ahora mismo deshacen sus maletas y ven el paisaje de la costa por la noche. Seguramente no han puesto la radio, ni la televisión, ni han comprado prensa. Se han perdido el bombazo informativo del mes, y no tendrán compañeros de trabajo el lunes para comentar la jugada. Cuando su buena estrella se acabe, habrá pasado más de una semana, y Rubalcaba ya estará sentado en su nueva poltrona, haciendo y deshaciendo.

La experiencia nos dice que cerrar los ojos no es la solución a un problema, pero no evita que los pringuis tengan envidia del otro grupo y que en vez de estar en la playa, se vayan de procesión a purgar sus pecados y los de los demás.

Con Rubalcaba responsable de política antiterrorista, habrá purga para rato.

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