Primero fue hacer la vida imposible a todos los bloggers que osaran contradecir al gigante chino; luego, afirmar que era la red la causante del aumento de la pedofilia, ver cómo un hombre luchaba con uñas y dientes por su propiedad privada, y hasta observar la esclavitud en pleno siglo XXI. Ahora, sin embargo, creo que el régimen comunista se ha superado. Luchador número no por la moralidad y castidad más absoluta:
Las autoridades de China han prohibido los anuncios publicitarios en la radio y la televisión sobre sujetadores y sobre productos que despierten el apetito sexual, según informaron hoy fuentes oficiales.
¡El sujetador! Aquél que las feministas se quitaban en décadas pasadas como símbolo de liberación se presenta como principal enemigo de los valores del comunismo. Con estas palabras, la dictadura expone sus motivos para dicha prohibición:
"No sólo engañan a los consumidores, dañan la salud de la gente, contaminan el ambiente social y corrompen las buenas costumbres sociales, sino que también perjudican directamente la credibilidad de las transmisiones públicas y afectan la imagen del Partido Comunista y el Gobierno",
Esta imagen, o similares, puede despertar el apetito sexual y desconcentrar a los chinos de sus prioridades más relevantes: trabajar como mulos y agachar la cabeza ante los caprichos del partido; y también, así frenar a la mujer china de su carrera hacia la occidentalización en una sociedad tan machista como ésta.
Ahora el comunismo se convierte en el defensor del puritanismo más exacerbado, lo que nos hace afirmar cada vez más alto que los extremos se tocan. Y de qué manera.