La lectura es una de las mayores bendiciones que podemos tener los humanos. Sentarte en tu sillón con un buen libro, ir pasando poquito a poco cada una de sus páginas, y terminarlo mirando su tapa con una sonrisa en los labios, es para mí algo impagable; hay muchas cosas que, según mi criterio, el dinero nunca podría dármelo con el simple hecho de pagar, y el disfrutar un buen libro se encuentra entre ellas.
Aunque no siempre das con el libro adecuado, ni algo que todo quisqui dice que es una joya literaria - o del entretenimiento - tiene que ser del agrado personal de cada individuo; mientras a unos les encanta los bestsellers número uno en venta que te tropiezas con ellos nada más entrar en el fnac, otros, sin embargo, suelen ser adictos a tochos menos asequibles para las mentes modestas. Creo que por el camino de baldosas, encontrarán algún compañero que encajaría en esta última categoría.
Y , también, para no obviarlo, existe la categoría que sólo lee los titulares del MARCA/AS que tengan una fuente mayor del tamaño 36, para no estresarse; pero eso, por hoy, lo vamos a dejar de lado.
El autor consiguió que me entrara en la cabeza todo el cruel y nefasto mundo del protagonista del relato; el mismo, que se dedica a matar mujeres inocentes para fabricar el perfume entre los perfumes y que se tira las páginas de la novela metido en un mundo repugnante de olores y fragancias. Ahora, a la película, sólo le queda conseguir que los espectadores que vayamos al cine a verla salgamos al finalizar con un buen cabreo, nos acordemos de los euros que hemos pagado por sentarnos en la butaca, y tengamos la misma sensación de malestar que cuando yo cerré el libro por su última hoja. Es difícil, sí; pero no imposible.
Actualización: he añadido la imagen publicitaria de la película; creo que habla por sí sola de qué tipo de libro estamos hablando.
Actualización: he añadido la imagen publicitaria de la película; creo que habla por sí sola de qué tipo de libro estamos hablando.
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