Hace unos días, nuestra amiga Indrackia nos traía como todos los viernes la historia de una famosa obra de arte. En esta ocasión, pudimos disfrutar con el retrato de Madame "X"; un cuadro bellísimo del siglo XIX pero que mostraba más superficie del cuerpo de esta mujer que lo permitido por las mentes puritanas de la época; tanto el autor como la bella modelo, sufrieron las críticas, repudio y se vieron involucrados en un escándalo que provocó hasta el exilio del artista.

Ahora, en el siglo XXI, cuando todos estos complejos han sido superados y las féminas en cine, televisión y prensa enseñan más que un simple escote, seguimos arrastrando otro tipo de cinismo, hipocresía y un falaz puritanismo enmascarado; una falsa moralidad que intenta ser impuesta por ciertos sectores de la sociedad. Las feministas nórdicas, mujeres que lo único que hacen es perder el tiempo reintentándose rediseñar como tales, han puesto el grito en el cielo por la siguiente campaña publicitaria de lencería, de la marca H&M, en Suecia:


Esta compañía ya tuvo que retirar toda su publicidad de ropa interior en el país escandinavo en el año 2003 por las quejas, destrozos en el mobiliario urbano, y pataleo de más de una incorfomista de la vida. Acusan de pornografía, denigración de la mujer, y resto de epítetos similares utilizadas en dichas circunstancias.
Y tal vez no sea lo más indicado para un anuncio de Navidad, ni lo más adecuado para compaginarlo con Papá Noel repartiendo regalos a los más pequeños, pero lo sí que podría afirmar es que, bajo mi criterio, esto es otro caso de falsa moralidad, donde unas pocas iluminadas intentan marcar la línea recta por la cual deben pasar todas las de su género. Y el problema empieza cuando alguna, en vez de seguir su línea recta, se pone a recorrer su camino en zig-zag. Les produce vértigo, suceso que no consideran precisamente agradable.
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