viernes, 16 de marzo de 2007

Caza de brujas a la polaca

Reconozco que no sé mucho de los hermanos Kaczynski. Me enteré de su existencia por un artículo de opinión de El Mundo de uno de sus articulistas progres que P.J mantiene en una esquina; los describía, más o menos, como si fueran el anticristo reencarnado. El resto de veces que los he leido en la prensa, ha sido en el imperio prisaico, así que se agradecería un poco más de información que la que poseo. Ya saben qué facilidad se tiene en ciertos medios españoles para denominar extrema derecha a todo quisqui.

Ayer, El País, trajo la nueva ley de caza de brujas que los gemelos van a imponer en Polonia. Setecientas mil personas, tendrán que pasar por un examen de su pasado para ver si pertenecieron al sistema comunista y podrán ser inhabilitados por diez años de sus funciones como periodistas, políticos y demás cargos.

Cazas de brujas de Salem

Nuestro querido Escolar, se plantea qué pasaría si esto se hiciese aquí con los colaboracionistas del franquismo; las respuestas son bien evidentes: personas como Manuel Fraga no podrían haber fundado un partido; Adolfo Suárez no hubiese sido un papel clave en la transición; y gente que hoy en día va de progre por la vida, como Polanco y Cebrián, serían inhabilitados diez años por haberse hecho de oro a costa de Franco. Mucho me temo que Escolar no querría reconocer este último hecho, pero ahí está.

Realmente, creo que, los hermanos Kaczynski, según la información que tengo, se equivocan enormemente. Si hay una transición política, no debe nadie ponerse a abrir las heridas del pasado y juzgar quién fue bueno y quiénes muy malos. En una dictadura, siempre ha existido los que son del régimen, los que viven del miedo sin creer en él y los que no tienen la valentía para rebelesarse y se callan. Realizar cazas de brujas únicamente sirve para alimentar un fuego que todos quieren ver extinguido. Nada más.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

... y más a estas alturas: Polonia fue una de las primeras en sacudirse a los comunistas de encima. Se supone que todo lo que tendría que haber pasado y haber sido juzgado ya había tenido su tiempo.

En mi opinión, ese es el resultado de intentar ver una lucha entre el "bien" y el "mal" en todo. Y es un ejemplo más de mi teoría de que el Mal, el de verdad, aparece cuando alguien quiere "protegerse" a ultranza. Yo, por ejemplo, realmente creo que los comunistas son un peligro. No hay nada de malo en ello, sólo ver si tengo razón o no. El problema aparece si propongo "erradicar el problema": es lo más lógico, cuando se trata de "peligros", ¿no? Pero el caso es que podría estar equivocado.

Los que ayudaron a criminales de guerra nazi a fugarse a América del Sur, presuntamente en nombre de la "lucha anticomunista" (creo que en muchos casos hubo más), le hicieron un flaco favor al género humano.

Anónimo dijo...

¡Cebrián inhabilitado!
¡Eso sería la monda!

Anónimo dijo...

El tal Escolar es un canalla. Se pueden dar muchas vueltas, pero es así de simple.

Anónimo dijo...

Freman, sé que desde la lejanía es difícil hablar de la política de un país. Releyendo sobre los hermanos, cuentan que todavía la red de espionaje comunista sigue vigente por allá.

Me imagino que alguna razón tendrán para hacer eso, pero se me escapa totalmente.

A no ser, que pase como en España: puro revanchismo. Ahora, cuando todo ha pasado, hacer pagar las penas a todo quisqui.

Reboot, es que el señorito de escolar no habla mucho más y sólo se pregunta qué pasaría en España. Casi me mondo pensando en las artimañas que tendrían que hacer sus "jefes" para poder seguir ejerciendo el "periodismo".

Eduardo, Escolar es un sujeto muy peculiar. Es sectario, no da ya casi opiniones sólo copia y pega enlaces, pero tiene a una pandilla detrás que le va propagando lo que escribe.

También es el ejemplo de que en este país, muchas veces no llegas a un determinado sitio por tu valía, sino por el enchufe voltaico que poseas.

Un abrazo y buenas noches a todos.

Anónimo dijo...

Releyendo sobre los hermanos, cuentan que todavía la red de espionaje comunista sigue vigente por allá.

A lo mejor es eso. Por eso es tan difícil saber dónde detenerse.

Yo, de niño, siempre estaba metido en peleas. Casi nunca las iniciaba, y la mayoría, las ganaba yo. Los críos, cuando pelean, embisten. Yo, por el contrario, me había dado cuenta de que era mejor mantener la lucidez. ¿Has visto qué hacen los niños cuando juegan a espadachines? Por lo general, dirigen los golpes sobre la espada del contrario. Cuando se cansan, entonces lanzan la estocada y dicen "¡muere, traidor!", como en las pelis. Yo no. Mi objetivo no era pegar en los brazos, sino alcanzar al contrario, donde doliese. No me gustaba pelear, pero ya puestos, muchísimo menos me gustaba perder.

Los golpes de un niño, como las mordidas de un cachorro de cualquier otro animal carnívoro, pueden doler, pero no hacen mucho daño. Cuando llegué a cierta edad, las peleas fueron cada vez menos frecuentes. Y un buen día, con catorce años, me vi metido en mi primera pelea de "adulto". El otro era un mulato, que casi me sacaba un pie de altura y pesaba mucho más que yo. Por supuesto que sentí miedo. Nos fuimos con el resto del rebaño a un descampado, hicieron un círculo con nosotros dos dentro, y "sonó la campana".

Me llevé un buen par de hostias hasta que entré en situación y recordé cómo se gana una pelea. Es una sensación extraña: el mundo "se enfoca", y te parece que el tiempo pasa más despacio. Me eché un lado cuando el otro crío embistió, y le pegué un puñetazo en la cabeza, en el temporal.

Pero ya no era un crío. Dos años antes, la pelea hubiera seguido, porque eran los brazos de un niño... no armas, como entonces. El tipo se tambaleó y se llevó los brazos a la cabeza para cubrirse, probablemente sin darse cuenta de lo que hacía y de por qué lo hacía. Y yo estuve a punto de dar el siguiente golpe.

No lo di.

Creo que mucha gente en mi situación habría seguido golpeando. Yo no: me di cuenta, en esa fracción de segundo, que si seguía, lo iba a matar.

Es muy difícil saber, cuando uno se defiende, dónde parar. La sangre caliente te anima a seguir golpeando, pero es peor cuando el miedo es quien te impide detenerte. No hay recetas. No hay reglas. Si paras demasiado pronto, el siguiente golpe te puede tirar. Lo único que funciona, ahora y entonces, es tener los ojos muy abiertos, y no dejar de pensar. Sobre todo, conocer cuán fuerte o cuán débil eres.

Anónimo dijo...

Me parece, Freman, que más que un comentario te ha salido un "mini post".

No puedo añadir mucho más a lo que has dicho.

El miedo y es el peor sentimiento que puede tener el ser humano: le hace perder la razón, tomar medidas desesperadas, e, incluso, decir muchas veces lo que no piensa.

Aunque, también, sin él creo que dejaríamos de ser humanos.

Anónimo dijo...

:) Lo siento. Supongo que a medida que envejezca, se desarrollará mi faceta de Abuelo Cebolleta. Intentaré evitarlo.

Anónimo dijo...

se desarrollará mi faceta de Abuelo Cebolleta

No, no te creas. El problema no lo tiene el que tiene algo que contar: sino el que no quiere escuchar.

El que se tapa los oidos suele ser un inmaduro de los pies a la cabeza. :)

Anónimo dijo...

# Chesk, mira que enlazar con El Pís y Empacho Escrotar, ainsssssss

^_^

Anónimo dijo...

Cerrajero...hay que saber qué berrean del otro lado. Por eso lo hago. :)