domingo, 12 de marzo de 2006

Abortar, cada día más fácil.

Nunca me he considerado una persona muy pro-vida cuando hablamos del aborto. Siempre he pensado que el aborto tenía que estar permitido en determinados casos, y evitar así que las mujeres que quisieran interrumpir el embarazo sufrieran las manos de un carnicero como pasaba hace unos años. De eso, a que esté de acuerdo con la decisión de una mujer de no tener su hijo, una parte de ella, va un mundo. Cada uno es libre de elegir qué quiere para su futuro, pero hay veces, que al leer determinados asuntos, la rabia e indignación llegan a niveles inusitados. Me pasó ayer al leer la siguiente noticia:
Decenas de inmigrantes abortan cada día con un fármaco clandestino

Acuden con fuertes hemorragias a clínicas privadas tras ingerir Cytotec, un antiulceroso que consiguen en locutorios y tiendas de «todo a cien» interrupción en una clínica madrileña
Hasta ahí, podemos continuar sin asombro. Siempre ha habido trucos, estrategias, y formas en que las mujeres menos informadas en el tema, han utilizado a la hora de evitar un embarazo no deseado. El problema, la verdadera indignación, viene al leer las declaraciones de varias de estas mujeres:
Nora, llamémosle así (nombre falso), tomó tres cajas hace cuatro años. Estaba embarazada de gemelos. «Me dijeron que me tragara seis y que me metiera tres por la vagina, pero creí que no sería suficiente y empecé a tomar pastillas sin parar. Creo que fueron 40. Me las tomé con güisqui para poder tragarlas». Tiene 26 años, es nigeriana y hoy pasa por su cuarto aborto. Aún le queda un largo camino hasta llegar a las 16 interrupciones a las que han se han enfrentado otras chicas. Nora está embarazada. De nuevo, gemelos.
Esta vez, Nora ha tenido que pagar 390 euros por un aborto «sin dolor». Es cuestión de tres minutos lo que tardan en sedarla y «aspirar» a sus gemelos. Cuatro minutos después ya está plenamente consciente. Ni se plantea lo que ha hecho.
Está tumbada en una cama y Yela, llamémosle Yela, la acompaña. Ella también ha tomado Cytotec en muchas ocasiones. No sabe hablar muy bien español y lo único que dice es «Cytotec malo, muy malo». Hace poco que se volvió a quedar embarazada. Su sexto embarazo. No recuerda las pastillas que pudo meterse por la boca y por la vagina a la vez porque las consumió con alcohol, pero perfectamente podrían ser 16, en total.
Estas mujeres de origen inmigrante, en vez de gastarse el dinero en preservativos que eviten el contagio de ETS y embarazos no deseados, lo que hacen es gastárselo a posteriori en métodos abortivos. Se quedan embarazadas, y van corriendo al locutorio o "todo a cien", y por una auténtica fortuna compran esas pastillas que les provocan la hemorragia y posterior aborto. Casos de cuatro abortos (dos de ellos gemelos), de dieciseis abortos por mujer, nos hacen recapacitar sobre qué tipo de valores tienen algunas sociedades donde vemos que el precio que le dan a la vida es cero.

Puestos a que el actual gobierno está tan preocupado en educar en valores - en los valores que a él le interesan- no estaría de más que se planteara que esa despreocupación por la vida sí es un problema. Puede ser un inconveniente para nosotros a largo plazo, dentro de unas décadas, cuando los hijos de estas mujeres ya sean ciudadanos españoles y decidan como nosotros.

No obstante, desde ayer, sigo pensando cómo una mujer que ha decidido interrumpir dieciseis embarazos puede mirarse al espejo y sentirse bien consigo misma. Yo no podría y no creo que sea la única.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El aborto cladestino mata como 46 millones de mujeres en el mundo anualmente. Leendo el reportaje arriba, da la impresión que el Cytotec será la causa. La verdad es todo el contrario. El uso de Cytotec es una opción segura para mujeres en países donde el aborto legal y acesible no es una opción (estes leyes, por cierto, tienen mucha culpa en la muerte de estas 46 millones de mujeres). La verdad es que una mujer tiene que sobrepasar la dosis recomendada POR MUCHO para hacerse daño serio, y las posibles complicaciones despues del uso de Cytote son facilmente tratables, y de hecho son iguales que las complicaciones de un aborto espontaneo del mismo tiempo gestacional.

"El misoprostol puede administrarse por vía vaginal en intervalos de tres o 12 horas o colocándolo debajo de la lengua cada tres horas, aunque en este último caso los efectos secundarios aumentan. Estas son las conclusiones del estudio elaborado por investigadores de la Organización Mundial de la Salud, que aparece en las páginas de la revista 'The Lancet'." - Este viene de un articulo en "El Mundo Salud", que se puede leer en su totalidad aquí: http://elmundosalud.elmundo.es/elmundosalud/2007/06/08/mujer/1181299637.html

Lo importante es que las mujeres tengan la información necesaria para usar este fármaco en la manera más eficaz y segura (y aparte de esto que el mundo sea lo suficientemente justa para que mujeres tengan opciónes y información y poder en sus vidas para tener una vida digna, recursos económicos, autoconfianza, respeto de sus parejes sexuales, etc). Hay un grupo de activistas en Holanda que están intentando informar mujeres sobre este opción y responder a sus dudas medicas. El grupo se llama Women on Waves, www.womenonwaves.org, y son muy interesantes, su fundedor es una doctora que organizó varios campañas en barco a países donde el aborto es ilegal para hacer abortos legales en aguas internacionales.

Bueno, en fin, el caso es más complicado de lo que aparece para algunas. Espero que no crean tanto el periodismo sensacionalista y que se informan sobre el tema, que cada vez es más importante.

Saludos.